Volcán de Chocolate
emociones...nuestros ojos, lava incandescente cuando nos consumimos uno en otro en una locura sin final...no sé qué somos Tu y Yo...pero somos seguramente algo... Y ese cualquier algo....Me pierde...
Cerca de ti, atada en tu cuerpo...una pasión infinita me posee y me incendia...trato de aplacarme en tus besos, en tu piel.. Me das todo tú y quiero todavía más... Mi cuerpo en el tuyo...tu piel disuelta en la mía.
Nuestros vicios se desatan en única locura... Miro tu cara delirante...
Me pierdo en tus deseos iguales a los míos, fusionando fuego de ansia. Placer intenso y sublime...buscando el infinito temo la llegada de la tempestad de abrumadores e impetuosos sentimientos que nos motiva en la deriva del instante fugaz, que quisiéramos se convirtiese en eterno...."
Me pierdo en tus deseos iguales a los míos, fusionando fuego de ansia. Placer intenso y sublime...buscando el infinito temo la llegada de la tempestad de abrumadores e impetuosos sentimientos que nos motiva en la deriva del instante fugaz, que quisiéramos se convirtiese en eterno...."
ROMA I (ALEXANDRA DEL PILAR MURCIA BALLESTEROS)
Iniciaba el invierno, y la Cabaña permitía guardar el calor... Le quito suavemente los guantes, tomando sus manos al punto de congelación , entre las Suyas...Frotándolas lenta y suavemente; logrando así que entraran en calor . Sentí como llegaba la sangre y las calentaba, hasta podría decir que cada roce era una reanimación de mi ser, casi muerto hasta ere momento.
Con pasos sigilosos se acerco a la cocina, no sin antes pedirme que cerrado los ojos, sentí el ruido del microondas quizás, o dos campanillas del reloj del horno.
-Me estas haciendo trampa-
Quito con gran agilidad el pañuelo de mis cuello y cubrió mis ojos...
El olor caliente, acogedor , dulzón y familiar del Cacao invadió todos mis sentidos, más aún cuando sus dedo rozo las papilas gustativas que receptiva mente estaban esperando hacer corto circuito en mi Lengua....
Fue en aquel momento que todas las sensaciones contenidas de aquel volcán muerto hicieron erupción, desbordando una a una cada barrera impuesta por mi Mente, que ordenaba al Corazón a guardar mesura.
Cuando esa mano traviesa se introdujo en medio de mis piernas en aquel preciso instante, el Volcán dormido despertó...Mas aún cuando su lengua lamía el dulce Chocolate.
Su última incursión en aquellas cavernas inexplicables de mi ser, cuando beso uno a uno los dedos de mi mana, para dejar de último el anular, fue justo cuando tomo del centro del volcán un gran bocado y en el aquel hermoso anillo con él que me ató a la tierra y como nadíe lo había logrado hacer antes a su Corazón.